Tengo pánico de comenzar esta historia, sé que para el final de este párrafo estaré llorando a mares. Difícil explicar el por qué entonces, pero es esto o gritar, esta es mi válvula de escape, este nuevo lugar es mi barredor de tristezas, mi forma de quejarme, llorar y tratar de sacar parte de lo que tengo dentro, contándote. Ya eran seis meses, de sufrimiento, de creer que uno se puede preparar para este momento, no como con vos, que de pronto desapareciste y que quedó tanto qué decir, tanta rabia, y tantas cosas que aún no comprendo.
Hubo tanta gente durante estos seis meses, que estuvieron preguntando, visitando y acompañando, pero no, ni aun sabiendo, nada te prepara. Pensé que vos estarías conmigo en este momento, pero escapaste antes. La llamada, era como cada vez que veía que me llamaban de la casa, contesté temblando, uno piensa que cada vez, es esa vez. Esa fue la última. Con vos, tuve que viajar de Cartago a Sabanilla. Recuerdo lo eterno que se me hizo el viaje, recuerdo que no quería llegar, pero a la vez sentía cierta urgencia de llegar, para comprobar que era mentira, que estarías recibiéndome como siempre, diciéndome todo lo que te fuiste sin decir. Esta vez, el viaje fue de Sabanilla a Cartago, igualmente eterno, pero esta vez quería llegar abrazar a mami, y sentir que en sus brazos yo podría pasar por esto, una vez más.
Pero viene mi queja, mi derecho al berreo. Criticona y malagradecida, lo que querás. No entiendo que hacía el grupo de vecinas, comiendo en el comedor de mi casa, comentando lo triste de la situación con la boca llena. No, señoras, lo lamento, lugar equivocado y sobre todo el momento equivocado. No quiero que recuerden junto a mí lo linda que era. Ya lo sé. No quiero que entren a su cuarto y repitan mil veces que quedó tan hermosa, que parece una quinceañera, no lo es. No, señoras, no es el momento. Era el momento de mi familia, era el dolor de todos nosotros. Que recuerden sus momentos junto a ella, yo estuve ahí siempre, no me lo tienen que contar, no recuerden su vida, yo estuve ahí, hasta en el momento que nos dejó de recordar, que olvidó nuestros nombres. Ustedes no tenían nada que estar haciendo ahí. Además, no pudo faltar, la que me abraza, y con tono de lástima me dice: “ ay! Mi chiquita, otro golpazo!” Yo honestamente no entiendo, son malas o estúpidas. Me inclino por la estupidez, espero que sea eso. Tampoco quería que me abrazaran y me dijeran que era lo mejor, eso yo lo sé, eso no me quita este dolor. Resuelvo subirme a la cama, acostarme junto a ella y abrazarla, Dios mío, es la última vez.
Después de eso, el tiempo vuelve a jugar conmigo. El tiempo que había comenzado a correr sin esperarme, ahora parece no pasar. Las horas dejan de correr y comienzan a caminar, a gatear. Todo fue tan lento, la vela, la misa de las siete y media, el viaje a Miramar, la misa de las doce, el entierro, el viaje de vuelta, entrar a mi casa vacía, los ojos hinchados, el dolor de cabeza, el alma rota (de nuevo). Tampoco faltó el primo que se acercara en el cementerio y me dijera, dejá de llorar, vos sos una chica preparada. No tuve tiempo de preguntarle, preparada para qué. Para despedirme? Para evitar el dolor? Para la indiferencia? Para sostener las lágrimas? Para fingir que no me importa? Porque si se refiere a mis cinco años en la universidad y una tesis sin terminar, tendré que llamarlo todavía para ver qué tiene eso que ver con el dolor que siento ahora.
No pude evitar que cada llamada de mis amigos me alegrara, que Ricardo me sorprendiera, que Josué, Dani, Fernando, Alex y Herbert me hicieran sonreír con una llamada. No dejo de sentir la compañía de Naty, Ferdi, Ahmed, Juan, El Cache, Julito y Varo, Don Carlos. Los mensajes de Ile, Ade, Morux... Y todo el resto, que dicen estoy ahí, y yo sé que es así. Que dicen: para lo que sea. Y yo sé que es para lo que sea. Y a Edu no sé cómo explicarle lo que significó para mí. No sabría decirle lo que se ha convertido en mi vida. En cada rincón que me escondí a llorar, daba la vuelta y estaba su pecho recibiendo mi cara. No sé cómo explicarle, tal vez esto le dé una idea.
Y ahora recogerlo todo. Prefiero hacerlo yo, no quiero que le toque a Ma. Ya llevo cuatro cajas, las manos ennegrecidas, y la nariz llena de alergia. Silvio me susurra que es doloroso aprender a vivir, y yo me caigo. Dónde metía tanta ropa esta viejita. Necesito más cajas. No cabré yo en una? Me da algo si me sale un bicho. Esta enagua le quedaba tan bonita.
Mi Blanca Luz de Jesús se me ha ido. Lo último que le pido es que te salude, que ahora te ilumine a vos. Mi luto seguirá, la particularidad de este sentimiento que me enseñaste es que cada día es peor. Así es la vida, así aprendí que es esto. Cada día la extrañaré y necesitaré más, así es esto.
8 comentarios:
Me has hecho llorar, y sé q esa no es tu intenció, pero me partes el alma. Quieres decirlo, quieres limpiar un poco el alma con éstas palabras y lo haces tan bien que tu dolor se adentro en mis venas por minutos y me imaginé yo ahí despidiéndome de alguien especial para mí
Nadie sabe x lo que estás pasando, lo que sientes y yo no vendré a decirte algo que ya sabes, solo vos podés decirlo, dibujarlo porque tienes el lápiz en la mano.
Solamente rezaré para que tu rabo de nube se aleje y te deje ver la Blanca Luz con los ojos del alma...
Somos gatitas y solo nosotras sabremos como curar las heridas...
Te dejo el abrazo de esta Muñeca Rota lleno de amor y un hombro como pañuelo...
Feliz noche!
Nubecita yo también sentí mucha tristeza al leerte, dijo la golondrina amiga del Principe Feliz que la muerte al final de cuentas es hermana del sueño...el sueño eterno. Debe ser como cuando sueñas algo lindo y mientras sueñas piensas "ojalá nadie venga a despertarme" seguramente tú Blanca Luz de Jesús (que nombre tan bello) ahora sueña sin temor de que alguien la levante y la vuelva a la realidad, ahora el sueño es su mundo y quién no quiere vivir en el país de los sueños!!
"Ya no está ella pero me quedó su nombre, de las cosas amadas solo nos queda el nombre y sólo somos dueños de algunos nombres..." Facundo Cabral
Te dejo muchos saludos, un gran abrazo, mil buenos deseos y mi amistad para cuando la necesites.
Desde que te leí por primera vez me tenés a moco suelto. De cuantas maneras enfermas realmente hablaste con mi abuela? lo leo y no lo creo...
Me encantaría decir que todo va a estar bien pero no me sale.
... yo iba en camino cuando sonó el teléfono con noticias de mi Rosa...la gente me dió asco... no creo que el tiempo lo cure, la lloro cada día... Malditos abrazos en la cama en los que uno no puede nada más morirse también!... sólo una mano pequeña me detuvo...
Salud por los ausentes! Salud porque siempre duele! Salud porque en un rato los alcanzamos y eso tendrá que ser suficiente!
Primera vez que vengo.
Super identificado con tu sentimiento, el corazón se me encogía mientras te leía.
Nunca se irá, estará mientras esté en tu corazón, y algún día se volverán a encontrar, porque esa es nuestra naturaleza.
Al tiempo no le hagás caso, los humanos no somos de su agrado...
Fuerza y amor en Dios, el abrtazo a la distancia, aunque nada pueda mitigar este dolor. Saludos desde mi hora mas oscura. Un abrazo de el alma.
Ya sabés que no sé qué decir ante estas cosas. Por eso una vez más te ofrezco silencio y abrazo... una y otra vez... y todas las veces que sean necesarias!!
Sé que la paz llegará pese al dolor. Sé que la lluvia cesará, la nube aclarará y el sol brillará... lo mismo que brillás vos.
Te quiero, nubecita hermosa!
Sentimiento y firmeza hay en su post. Lo demás te vendrá por añadidura.
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