lunes, 28 de enero de 2008

Los resfríos del año nuevo




El año nuevo me recibió con un fuerte resfrío, nada grave que una sopa de pollo y unos confites de jengibre no puedan curar. Ya dejé de tener voz de mae, pasé a perro y voy evolucionando a gallo, evidentemente todo va mejor. Recuerdo a Karla diciendo que en esos estados no quería tener sexo ni con Brad Pitt, mmmm no, no estoy tan grave.
Estas noches me recuerdan más que nunca a Tita, que se levantaba en las madrugadas cuando mi tos no la dejaba dormir, porque "esta chiquita no puede seguir así". El remedio era el zepol, hasta en las orejas (literalmente en las orejas!).
Será por eso que Mami y yo insistimos en traerla, en achacarle la luz que se apaga y se prende, la música que viene y se va y la puerta que se cierra. Naty dice que yo no le tengo miedo a los fantasmas porque todavía no me han jalado las patas, yo, duermo con los pies bien cobijados, por si acaso.
Trabajo nuevo, resfríos, juegos y fantasmas para recibir el 2008. El corazón va mejor.

domingo, 6 de enero de 2008

yo tampoco olvido el año viejo



Esta vez los abrazos fueron cortos, un corto feliz año y a secar las lágrimas al baño. Y es que no sé por qué mis primas y yo habíamos adquirido la extraña costumbre de llorar todos los años nuevos, abrazarnos, decirnos trágicamente cuánto nos queremos y agradecemos todo lo que nos hemos apoyado durante el año, aunque yo las vea para los funerales y cumpleaños. Aunque en serio, siempre han sido como mis hermanas y sí tenemos cosas que agradecernos, de todos modos la extraña costumbre del llanto la entiendo poco o nada. Este año con la partida de Tita pensé que todo iba a empeorar. Y pues a las solteronas no nos quedó más que abrazarnos entre nosotras, y a todas no les quedó más que cumplir con tragarse las lágrimas frente a mi amenaza, faltando cuatro minutos para las doce de “a la primera que llore la mato”. Porque además eso del exceso de mujeres en mi familia se ha ido agravando cada año más, y el único hombre que nos quedaba despierto estaba cumpliendo su trabajo de macho en la calle, encendiendo pólvora. No es tan terrible, a pesar de ser cinco viejas juntas, pues éramos cinco viejas juntas que se quieren, y aunque Nani se fue a llorar adentro, para que yo no la viera y cumpliera mi promesa, los cortos abrazos, y el “Feliz año, te quiero mucho” eran sinceros, eso es suficiente.
Todos los años siempre había fiesta, somos una familia grande y ruidosa, pero este año no estaban los ánimos para tanto, y ahora ni siquiera borrachas estábamos para . Ahí con disimulo se revisa el teléfono para ver si hay señal, y no es que la llamada que uno espera en realidad no llega porque el 2008 no lo está recibiendo a uno con tanta benevolencia.
En fin, lamento que mi primer post del año no sea con augurios de un gran año, por todo aquello de año nuevo, vida nueva y demás. Hoy no ha sido un buen día para mí. De todos modos, ahí un japy niu yiar pa los que me visiten, de corazón!