jueves, 28 de febrero de 2008


Hoy lloré como tenía mucho de no hacerlo. Afortunadamente no había nadie más en la oficina. Estaba ella viejita como nunca la vi, en una cama de hospital, con dolor, ay mi viejita se me fue con tanto dolor, se la llevó la tristeza. Y las extraño tanto a las dos, a mi Tita y su fortaleza, a mi Irma y su voz quebradiza. Mi amigo dice que tienen que estar las dos sentadas en una piedra, viéndome. Ojalá así sea, ojalá decidieran volver a darme un abrazo, ojalá.

Ese olor desde ayer, me sigue, sin parar. Estás cerca y te siento. Hoy no, Pá.

2 comentarios:

CRLegal dijo...

Creemos llorar tanto por quienes se fueron, cuando lloramos por nuestro dolor de no tenerlos... Añoramos tantos abrazos, acurrucos y canciones de cuna que el llanto es liberador.
Cuesta mucho entonces darnos vuelta y cantar la canción de cuna por la que seremos recordados, dar los abrazos que podemos a quienes lo añoran de los vivos... y tirar tiza a las piedras para que sepan que las vemos y que esperamos que se levanten y se pongan a jugar rayuela!
Todo pasa y todo queda amiguita...

Anónimo dijo...

todo pasa y todo queda, con una T exagerada y en cursiva que en vuelve todo lo VIvido.... i know